viernes, 5 de julio de 2013

Melissa



Sus pies desnudos resbalaban con la frialdad húmeda de las piedras salivosas que brotaban en la calle. Muchas veces botellas de algunos borrachos, destrozadas, se sumergían el sus poros. Pero nada era tan doloroso como lo que cargaba en el pecho esa noche. Aun ensordecía en el silencio con los gritos pronunciados, procuraba cerrar los parpados muy dentro, hacia algún recóndito sitio del cráneo, de modo que ni sus ojos dieran cuenta de su lagrimas caídas sobre la falda. Escribió una canción a cerca de sus recuerdos sonoros. Convirtió en visuales sus canciones, así disolvió el gas que no le permitía respirar. Pensó - nada hay mas nítido que esta noche- sabia del escape rotundo de la realidad, pero lo único que quería ese plenilunio, era olvidar los besos simples del amargo ruido que perturbaba su interior. De pronto, su pensamiento era blanquisqueo - abstraída - sale del sótano corriendo por las escaleras hasta llegar a la habitación en la que le esperaba un nuevo sitio inmundo donde, cuerpo, no es mas que el infierno de la vida infantil, y mente, la realidad donde cohibía los laberintos del pasado olvidado.


Soanny Orihuela. 

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